El jade verde simboliza el crecimiento, la renovación y la abundancia, atrayendo prosperidad y buena fortuna. Se le atribuyen propiedades curativas que benefician los riñones, la vesícula biliar y el hígado. Su energía calmante promueve la conciencia plena y la meditación, mientras que, al estimular el chakra del corazón, fomenta la creatividad.

Considerada una poderosa piedra curativa espiritual, el citrino incrementa la confianza en uno mismo y atrae la abundancia. Su energía se asocia al sol, promoviendo el crecimiento espiritual y la transformación interior.

La unakita es conocida por equilibrar las emociones y la espiritualidad, fomentando la armonía y la paciencia. Esta gema estimula el crecimiento personal al liberar bloqueos emocionales y fomentar la autocomprensión.